Esta es una manera sencilla de darle un toque original a una habitación: libros pegados a la pared, que parezcan “volar”. ¿Cómo se logra? Por medio de estanterías invisibles, que se atornillan a la pared y luego quedan ocultas precisamente por los libros que sostienen.
Se trata de un artículo que
lleva el minimalismo a su máxima expresión. La hoja del estante queda metido entre la última página y la contraportada del libro, de manera que esta parezca estar “flotando”. Precisamente debajo de ella está el estante, capaz de sostener hasta unos siete kilos de peso.
Otra ventaja del “estante invisible” es
la posibilidad de ser colocado en cualquier lugar de la pared, dando lugar a cualquier tipo de combinación posible, a elección del dueño de casa-decorador.
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